En la vida todos pasamos por malos momentos, algunos son más fáciles de superar que otros, unos pueden ser solucionados con tiempo, una nueva afición, mentalización, fuerza de voluntad o algún amigo que te escuche, otros en cambio no son tan fáciles de solucionar y por muy buenas intenciones que puedan tener las personas que te rodean no son capaces de ayudarte a superar este bache.
En ese momento en el que el problema empieza a mantenerse a lo largo del tiempo, a afectar a diferentes áreas de tu vida, no te lo puedes quitar de la cabeza y/o te afecta en tu estado anímico es el momento de buscar ayuda terapéutica.
Acudir a terapia no es cosa de locos o débiles, es cosa de personas que son conscientes que tienen un problema y necesitan ayuda para solucionarlo. Si este es tu caso no dudes más, no dejes que el miedo o el tabú que sigue siendo ir a terapia te impida recuperar tu vida.